El tema «regalo de la maestra» me trae de cabeza desde que entramos en el colegio. Es algo que supera mi entendimiento, una costumbre establecida y que nadie se cuestiona: hay que hacer regalos a la maestra en Navidad y en fin de curso. Y ya está. Podemos estar criticando ala maestra todo el año, que no nos caiga bien, que no nos guste su manera de trabajar….y sin embargo le hacemos un regalo. Como si no hacerlo supusiera que va a tratar peor a nuestros hijos. Yo soy de la opinión de que no hay que hacer regalos por realizar nuestro trabajo, quizá venga esta convicción de que mis padres me decían que no tenían que regalarme nada por sacar buenas notas porque ese era mi trabajo, mi obligación y por cumplir con ella nadie recibe un regalo, sino una compensación: salario por trabajar y buenas notas por estudiar. A parte de eso creo que un regalo es un detalle muy especial para alguien a quien se aprecia y queremos mostrarle nuestro cariño, y a una maestra(o maestro) que conocemos desde septiembre es una persona a la que no conocemos y no sabemos sus gustos o si le incomoda el recibir eso regalos de los padres. Creo que está bien un detalle que los niños realicen cuando terminan un ciclo a modo de despedida porque han establecido una relación estrecha con la maestra. O como este año que Rebekka me ha pedido que le hagamos a la maestra una máscara de gomaeva, y eso me parece bien, ha partido de ella, ella quiere hacerle un regalo a su maestra y lo hemos hecho juntas, con sus manos, con su imaginación y creatividad, ella ha participado del regalo y ha sido iniciativa suya, eso me parce perfecto y entiendo los sentimientos que la han llevado a ello, eso si, pero comprar un bolso no entra dentro de mi punto de vista. Ojo, no critico al que lo haga, solo digo que yo no lo comparto y que los que lo hacen tampoco critiquen las posturas del que no quiere colaborar.
En navidad la Academia de Danza de Rebekka interpretó «El Cascanueces» en el cole, la maestra la felicitó y le dijo que a ella y a su hija les gustaba mucho el ballet, como nosotras hacemos nuestros propios adornos y este año habíamos hecho bailarinas con pinzas de la ropa (ya llegará el post navideño 🙂 ) ella pensó que quería regalarle uno.
Os voy a enseñarla mascara que hemos hecho esta tarde y de la que está muy orgullosa y deseando dársela 🙂
Necesitamos:
-gomaeva de purpurina de colores variados (sirve la normal, pero de purpurina queda mucho mas bonita)
-silicona caliente o fría
-palillo de madera para pinchitos
-pintura al agua tipo tempera
-troqueladoras de gomaeva( esto es opcional, porque se pueden recortar las formas que queramos, bien dibujando con plantillas sobre la gomaeva o a mano alzada)
Lo primero que tenemos que hacer es buscar un antifaz o máscara que nos guste y nos sirva de plantilla, o si somos habilidosas con el lápiz pintarlo sobre la gomaeva. Una vez pintado lo recortamos.
Hacemos diferentes formas con las troqueladoras, si tenemos, sino con plantillas o dibujando directamente sobre el resto de la gomaeva de colores. No pueden ser muy grandes porque estas formas las usaremos como decoración para la máscara: estrellas, lunas, soles, copos de nieve, coronas, gotas, hojas…todo lo que se nos ocurra. Depende de para lo que queramos la máscara.
Una vez recortada la máscara y las formas hacemos el diseño que mas nos guste y las pegamos con silicona (la silicona caliente es mas rápida, pero si se trabaja con niños mejor usar la fría, es mas lenta en secar pero pega cualquier superficie y no mancha nada)
Mientras se seca la silicona pintamos el palillo de pinchito con la tempera, una vez seco pegamos el palillo con silicona en
un lateral de la máscara. Rebekka le ha escrito una dedicatoria a su seño en la parte de atrás. ❤ Ya tenemos nuestra máscara brillante lista para convertirnos en lo que mas deseemos.
Estas máscaras las hice el año pasado para el cumpleaños de Rebekka, dedicaré otro post a los regalitos de cumpleaños para el cole 😉